El Santuario de Nuestra Señora de El Cisne, en la parroquia del mismo nombre con ocasión de estar en el mes de mayo dedicado para honrar a la Virgen María ha preparado un cronograma para la visita de peregrinos, destacando particularmente la visita de instituciones, parroquias y grupos apostólicos.
La Diócesis de Loja con el objetivo de que la familia sea una “Comunidad de amor y sea el primer lugar desde donde se evangeliza”, llevará a cabo una nueva asamblea de formación, invitando a sacerdotes, grupos y movimientos laicales y fieles en general. Este encuentro se constituirá en un punto clave para dar formación en torno a la familia de acuerdo a lo que ha manifestado el Papa francisco: “La gran misión de la Familia es hacer llegar a Jesús, recibirlo en familia. En la persona de los hijos, del marido, de la esposa y de los abuelos. Porque Jesús está allí”.
“En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra”, decía San Juan Bosco, gran propagador del amor a esta advocación mariana que ha estado en la Iglesia y las familias cristianas desde antiguo ante los tiempos difíciles.
Los cristianos de los primeros siglos llamaban a la Virgen María con el nombre de Auxiliadora. Tanto así que los dos títulos que se leen en antiguos monumentos de oriente son: Madre de Dios (Teotokos) y Auxiliadora (Boetéia).
El Papa Francisco invitó en la Misa matutina en Santa Marta a pasar de una vida tibia a una vida plena en la que se anuncie el Evangelio con alegría.
Francisco explicó que en la Biblia cuando un pueblo servía a la mundanidad Dios les mandaba profetas que eran perseguidos porque “incomodaban”, como lo fue San Pablo.
“En la Iglesia, cuando alguno denuncia tantos modos de mundanidad es mirado con malos ojos y esto no va, mejor que se alejen. Recuerdo que en mi tierra muchos, muchos hombres y mujeres, consagrados y buenos, no ideológicos, decían: ‘No, la Iglesia de Jesús es así…’. ¡Estos comunistas fuera!’, y los echaban. Los perseguían. Pensemos en el beato Romero. Lo que le ocurrió por decir la verdad. Y a muchos, muchos en la historia de la Iglesia, también aquí en Europa. Porque el espíritu malvado prefiere una Iglesia tranquila sin riesgos, una Iglesia de los negocios, una Iglesia cómoda en la comodidad del calor, tibia”.
“Cuando la Iglesia es tibia, está tranquila, toda organizada, no hay problemas, mirad donde están los negocios, advirtió”.
Pero además del “dinero” el Papa habló de la “alegría”. “Este es el camino de nuestra conversión diaria: pasar de un estado de vida mundano, tranquilo sin riesgos, católico, sí, pero así, tibio, a un estado de vida del verdadero anuncio de Jesucristo, a la alegría del anuncio de Cristo”.
“Pasar de una religiosidad que mira demasiado a las ganancias a otra que mire a la fe y proclame que Jesús es el Señor”, pidió.
El Pontífice también aseguró que “una Iglesia sin mártires no da confianza”. “Una Iglesia que no se arriesga da desconfianza; una Iglesia que tiene miedo de anunciar a Jesucristo y echar a los demonios, a los ídolos, a los otros señores que son el dinero y que no es la Iglesia de Jesús”.